Preparando la Venida del Espíritu Santo

Ven, Espíritu divino,

manda tu luz desde el cielo. 

Padre amoroso del pobre, 

don, en tus dones espléndidos. 

Fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo.

Tregua en el duro trabajo, 

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas,

y reconforta en los duelos. 

Entra hasta el fondo del alma,

divina luz y enriquécenos. 

Mira el vacío del hombre

Si tu le faltas por dentro;

mira el poder del pecado 

cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,

sana el corazón enfermo,

lava las manchas, 

infunde calor de vida en el hielo,

doma al Espíritu indómito,

guía el que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones 

según la fe de tus siervos.

Por tu bondad y tu gracia

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno.

Conversión

¿Que he hecho mal?

Hace poco platicaba con una persona a la que quiero mucho, y me contaba la situación que esta viviendo ahora que sus padres se separaron por causa de otra mujer, y se pregunta:

•  ¿qué hice mal como hija? 
• ¿qué no hice para llenar las espectativas de mi papá?
  
• Si yo hubiera sido mejor persona, mi papá no hubiera buscado en otra mujer y las hijas de esta lo que yo no le dí. Para mi esta mal lo que el hace, pero tal vez no sea tan malo porque si el se siente feliz es porque para el es bueno, entonces la que estuvo mal soy yo.

Y esas palabras me hicieron entender que cada vez que yo elijo un camino muy diferente a la voluntad de Dios y decido por las cosas que le hacen mal a mi espirítu. Dios se pregunta lo mismo.

¿Qué he hecho mal, para que prefieras la muerte a la vida eterna que yo te ofrezco?

....

eso es algo que retumba en mi cabeza... 

y la respuesta la encuentro en el libro de Job Cap. 38 al 42

.......

Eres muy bueno

Eres muy bueno, diría que demasiado, tu bondad no conoce límites y aunque lo tengo en conocimiento, cada vez que lo experimento... me quebrantas, me aniquilas, me dejas indefensa...

¿Quién soy yo para que te fijes en mí... acaso merezco tanta misericordia, acaso merezco disfrutar de tus mieles?... y tus respuestas son: Eres mi hija... siempre... siempre....

Te amo, gracias porque apesar de miseria y mediocridad, apesar de mi incapacidad siempre que me necesitas aunque yo no me de cuenta me usas, por amor a tu bendito nombre, por amor a tus hijos y por amor a mi.

Todo lo que haces es perfecto, todo lo que piensas es igual, porque tu eres perfecto porque eres único, eres poderoso, eres invensible, eres fuerte, eres vencedor.

Bendito seas, bendito seas, bendito seas por siempre Señor... mi Señor Jesús....

Creo en tí

Después de mucho tiempo de padecer una deficiencia crónica congénita en un órgano del cuerpo, y a pesar de que los médicos digan que no hay cura y solamente se puede controlar con medicamento de por vida.

En mi corazón desde que te encontré, más bien, me deje encontrar... hay una certeza muy arraigada dentro de mi ser, una convicción que va más allá de mi propio entendimiento y que pocos pueden compartir, muchos reir y otros tantos no creer.

Es la certeza de la sanación que me has dado, esa sanación que no veo pero se que esta ahí, esa sanación que me invita a seguir en el camino, a tocar el borde de tu manto, a decirte... que me baste tu gracia, a decirte... que no soy digna de que entres en mi casa pero que una palabra tuya bastará para sanarme...

Creo en tí.